La vinculación de Julio Álvarez con Coren se remonta a 1966 cuando su padre creó una granja de pollos en Lobeira. Él contaba entonces con 11 años, pero ya tenía un gran interés por este sector, al que luego decidió dedicarse profesionalmente. Hoy cuenta con cinco granjas -tres naves de porcino de cebo con un total de 2.150 animales, y dos de pollos con 14.000 cada una- y sigue trabajando con la ilusión del primer día, más todavía desde que su hijo Anxo decidió continuar con las granjas.La vinculación de Julio Álvarez con Coren se remonta a 1966 cuando su padre creó una granja de pollos en Lobeira. Él contaba entonces con 11 años, pero ya tenía un gran interés por este sector, al que luego decidió dedicarse profesionalmente. Hoy cuenta con cinco granjas -tres naves de porcino de cebo con un total de 2.150 animales, y dos de pollos con 14.000 cada una- y sigue trabajando con la ilusión del primer día, más todavía desde que su hijo Anxo decidió continuar con las granjas.
Julio, usted comenzó con una granja de conejos. ¿Qué le llevó a ello?
Sí, empecé en el año 85 con una granja de conejos, pero ya desde los 11 años ayudaba a mis padres con los pollos y vi un negocio que me gustaba. Y cuando decidí dedicarme a esto, pues dije que quería una granja propia. Entonces se estaban poniendo de conejos. Fui- mos a hablar con D. Eulogio y él nos derivó a D. Manuel, estuve con él en Esposende una semana viendo como funcionaba. Pero luego la de conejos la cambié por una de cerdos, porque estaba al lado de otra que también tenía cerdos y era mejor dedicarlas ambas a lo mismo.
Tiene actualmente pollos y cerdos. No es habitual que haya socios dedicados a producciones diferentes.
No, puede que haya unos cinco o seis, pero no es lo habitual. Unos se dedican solo a pollos y otro solo a cer- dos. Nosotros empezamos en avicultura, pero cuando en Coren se inició porcino, mi padre, que era un hombre emprendedor, decidió poner una. Yo puse la de conejos que luego cambiamos a cerdos. Y también me hice cargo de otra de pollos que dejó un vecino que se jubiló, y hace unos meses también de esta de cerdos en la que nos encontramos, que remodelamos y está en la primera producción.
¿Desde el principio estuvieron en Coren?
Sí, desde que empezaron mis padres en el año 66. No me imagino estar fuera de Coren, yo en privado no seguiría en esto. Aquí somos una cooperativa que estamos todos para todos: la Dirección va con las necesidades de los granjeros y los granjeros vamos al ritmo que la Dirección marca, porque confiamos en ellos y las pruebas de que lo hacen bien están a las vista. Con Coren tenemos todo programado: nosotros nos dedicamos a lo nuestro, a trabajar en las granjas, y la gestión la llevan ellos. Fuera de Coren no podría seguir.
Conoció a D. Eulogio, ¿cómo lo recuerda?
El gran mérito de D. Eulogio fue ser rompedor. La gente por ahí decía: “¡Está loco!”. La gente que emprede es criticada al principio. Pero él era un hombre que arrastraba, se ponía en la piel del granjero. Y D. Manuel también, luchó muchos “toros bravos”: comenzó en plena crisis de las ponedoras, integración en la CEE, cambio a un mundo que ahora es mucho más difícil… Es un fiel sucesor de su padre. Hay que reconocerles a los dos el enorme mérito que tienen.
En estos momentos el porcino se encuentra en una situación más difícil. ¿Cómo lo afrontan?
Ha habido muchas crisis y aguantamos. Hay que producir bien siempre, pero en una época de crisis hay que afinar más y aplazar las inversiones. En las temporadas en las que se vaa ganando, hay que reservar algo para ir reformando las granjas. Si estás al día y viene una crisis, puedes aguantar; pero si no, malo. Y en Coren siempre tienes un apoyo, una protección.
¿Han ido haciendo inversiones?
Aquí siempre procuramos tener las granjas al día. Cuando salen cosas nuevas o hay algo pendiente de mejorar, pues se hace. Cada 10 años hay que reformar: comederos, calefacción, ventilación, ordenadores… Las hay que tener en condiciones de producir bien. Y cuanto más productiva sea la granja, menos trabajo da, aunque siempre hay que tener atención.
Dos de las granjas de cerdo tienen actualmente producción de Selecta. ¿Cómo funcionan?
Yo estoy contento, me gusta mucho el cerdo de Selecta. Ahí Coren dio en el clavo porque aparte de ser una producci? que deja más rendimiento, pues somos líderes en el mercado. Es una carne muy rica, y el jamón de castañas también está realmente bien.
Sus granjas tendrán continuidad, porque ya se ha incorporado su hijo Anxo.
Estoy muy ilusionado. Ya no estoy tan lejos de la jubilación, pero al ver que él quiere seguir, es casi como si estuvieramos empezando. Si no hay alguien de la familia que se haga cargo, las granjas se acaban. Porque si hubiera que venderlas, no estarían pagadas en lo que valen. Aparte de lo que supone a nivel afectivo deshacerte del trabajo de toda una vida. Por eso estoy muy contento.
¿Cómo se organizan?
Él viene primero a esta granja de cerdos, la lleva más o menos una hora. Yo lo espero arriba y vamos a ver los pollos y las otras dos de cerdos. Normalmente a mediodía acabamos. Queda alguna cosas para la tarde pero poco, normalmente vigilar, a menos que haya un trabajo especial. Y los fines de semana me quedo yo de guardia, aunque alguna vez también se queda él.
¿Y cómo es la relación entre padre e hijo en el trabajo? Porque los jóvenes suelen venir con ideas nuevas…
Julio: ¡Ahí prefiero que conteste él!
Anxo: Yo todo lo que sé lo aprendí de él, sigo sus consejos. Auqnue si creo que una cosa se puede hacer de otra, pues también se lo digo. Pero aprendo mucho de él, porque siempre puede aparecer alguna circustancia que no he visto, por lo que estoy atento a lo que hace.
Anxo, ¿cómo decidiste dedicarte a esta actividad?
Desde pequeño, también como él. Cuando veníamos aquí simpere ayudábamos, aunque de niños poco hacíamos, más bien jugar. Pero ya me gustaba. Fue en 2010 que decidí dedicarme a esto, justo nos quedamos sin un trabajador que teníamos y decidí quedarme yo.
¿Crees que este sector te ofrece una salida profesional como otros?
Sí, tiene muchas posibilidades y te puedes ganar perfectamente la vida, es con la ventaja de vivir en el campo.
¿Animarías a otros jóvenes a este sector?
Sí, a quien le guste sí, pero no es como antes. Cuando más profesional seas, cuanta más formación tengas, mejor. Ya ya hice muchos cursos y sigo en ello. Todo lo que crea que me a aportar algo en mi vida laboral, lo hago.
Julio: Es muy importante profesionalizarse, porque los márgenes son muy reducidos y hay que producir lo que mejor se pueda. Un céntimo, en los miles de animales que hay, pues significa mucho. Para nosotros, 10 o 20 céntimos en kilo, son la diferencia entre ganar o arruinarnos. Por ello hay que profesionalizarse mucho.
Julio, para terminar, ¿qué consejo da a su hijo?
Que siga así, porque tiene inquietud por esto y está muy atento. Y que haga mucho caso y confié en la Dirección de Coren, que nunca falló. Y cuanto tenga un problema y yo ya no esté, que vaya allí, porque va a tener unos segunos padres.
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